viernes, 3 de octubre de 2008

Melancolía y recuerdos




Hoy me agarró como una especie de melancolía, me vinieron muchos recuerdos de mis abuelos... dos, en realidad tres de ellos ya no están... y digo así porque a mi abuela no la conocí, pero por suerte a mis abuelos sí, y todavía me queda una abuela de la que ya les voy a contar.


Hoy voy a contarles un poco sobre mi "Lolo" (a mi hermana no le salía decir abuelo y le salió Lolo... asique quedó de apodo). El Lolo era el papá de mi papá, vivía solo porque había enviudado hacía mucho tiempo... y yo lo recuerdo como una persona un tanto ermitaña, pero no lo juzgo, porque creo que debe haber sido difícil perder a su mujer y quedar solo con un hijo de 18 años.


Me acuerdo patente de su casa, me acuerdo que abajo de la camita que alguna vez ocupó mi papá tenía una caja llena de juguetes con los que nos encantaba jugar... unos cubitos que cada cara eran un rompe cabeza distinto, autitos, el mecano y lo que nos perdía, nos encantaba, nos maravillaba era la bolsa enorme de "bolitas" con las que mi abuelo no nos dejaba jugar tanto porque íbamos a dejar alguna perdida y se iba a romper el alma.


Me acuerdo el olor de su casa, llegábamos y nos daba un vaso de coca y siempre tenía pan fresco. Cuando íbamos a comer, nos hacía su especialidad que eran churrascos con puré, de batata y de papa... unos purés cremosos.. los más ricos que comí en la vida!


Cuando venía a visitarnos se vestía de bien, con camisa, pantalón de vestir y un saquito bordó que tengo yo en mi poder... y en la campera, en el bolsillo izquierdo, interno, traía un puñado de caramelos sugus que nos daba para repartir entre las tres o entre las cuatro si estaba mi primita....


Que lindos recuerdos! hay tantas cosas lindas para contar... Recuerdo una vez que fuimos caminando juntos desde su casa hasta la mía, había unas 20/ 25 cuadras de distancia... y le pusimos hora y algo para llegar.


Me acuerdo también algo que hizo que me enojara con Dios. El siempre decía que le pedía a Dios que lo dejara vivir para verme cumplir 15 años... falleció seis meses antes.


El tiempo cura las heridas, ahora me quedan los recuerdos, los olores, los sabores y la esperanza de que mi abuelo haya sido tan feliz como nosotras con el.


No hay comentarios: