viernes, 28 de noviembre de 2008

Regalo del cielo


Después de tantos días de calor, de tanta baja presión, de tantos litros de agua... nos llegó el regalo del cielo.

Un regalo para nosotros, para las pobres plantas y los pobres animalitos que ya no sabían a donde refugiarse para que el sol no los calcinara.

Fue el placer más grande, despertarme a la madrugada con el sonido de la lluvia y sentir que por fin se respiraba aire fresco.

Hoy puedo decir que gracias a este regalo del cielo... dormí como un bebé.

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