Mi vida tuvo un antes y un después de esa fecha, pase de ser chiquita a crecer de golpe, de un golpe. Un 6 de noviembre de 2003 falleció mi abuelo materno, Tití.
Eramos iguales, teníamos mucho en común; la gente por la calle me reconocía porque decía que éramos dos gotas de agua y yo siempre estuve, estoy y estaré orgullosa de eso.
Viví desde que nací hasta mis 5 años con él (y con mis viejos, obvio) y desde mis 6 años hasta casi los 7. Cuando nos mudamos y nos fuimos a nuestra casa, igualmente pasábamos todos los veranos en su casa, todos los domingos y las fiestas ahí también.
Compartí con él miles de cosas felices y hoy elijo quedarme con eso; no digo que no lo extraño... lo extraño horrores y cada vez que pasa algo pienso en que me gustaría que esté para vivirlo con nosotros. Como por ejemplo, disfrutar de mi primito varón, único nieto entre 8 mujeres, la sucesión de su apellido. Sería tan lindo poder verlos juntos, que juegue con él, que le cante "el caballo verde", "aserrín aserrán" o "José se llamaba el padre.."¡Cómo nos divertíamos!
Pienso en todo esto y no puedo evitar emocionarme. Te extraño tanto Tití! Tanto tanto que muero por un abrazo tuyo... esta noche, en mis sueños.. ¿volvés a darme uno de esos abrazos de huesos? Yo te espero donde quieras.
Te quiero muchisimo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario