Pobre mi madre! Se bancó tantas y siempre siguió firme al pie del cañón...
Por eso, como el domingo fue su día, quiero hacerle un pequeño homenaje a la mujer que me parió, que me cuidó, que me vio crecer... y que tuvo que aguantarse tantas puteadas, tantos portazos... la misma mujer que era cómplice, cuando después del colegio nos íbamos al shopping y no le contábamos a nadie, la misma mujer que intentaba desde el silencio hacerme entender como eran las cosas, la misma mujer que se lleva toda mi admiración.
Esa que me hizo llorar y odiarla por no dejarme salir un sábado a la noche, y que hoy se lo agradezco. Porque con todas sus prohibiciones y permisos me hizo la mujer que soy ahora.
Por eso y por todo lo que sigue haciendo a diario por todas nosotras, se merece que en su día, aunque sea una vez al año se la aplauda de pie, se la ovacione, se la bese y se la abrace como tanto se lo merece... por eso...
FELIZ DÍA MA!!!!
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